En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior para el Siglo XXI” celebrada en octubre de 1998 en la Sede de la UNESCO en París, se dijo que: “Hoy día, más que nunca la riqueza o pobreza de las naciones dependen de la calidad de su Educación Superior”.
Las instituciones venezolanas de educación superior deben percatarse de los requerimientos que en materia de ciencia y tecnología, seguridad social, educación, salud, entre otros, que nos exige nuestro país. Son las instituciones de educación superior y principalmente las universidades las llamadas a dar respuestas innovadoras, con equidad, pertinencia y calidad, a tales demandas, por ser ellas centros por excelencia de producción de saberes.
La sociedad actual está cada vez más ligada a la ciencia y la tecnología. La vida moderna requiere cada vez más de aportes tecnológicos, sustentados en las ciencias exactas y naturales. En nuestro país las ciencias exactas y naturales se consideran como una actividad reservada a los científicos en los círculos universitarios y centros de investigación estatales y privados. Debemos aplicar esos conocimientos a resolver los problemas que aquejan a nuestra sociedad venezolana.
Para mejorar la calidad de la educación superior en nuestro país se requiere que el Estado incorpore entre las prioridades nacionales el mejoramiento de la calidad de la educación básica, media y diversificada con una mejor formación científica y humanística que viabilice la incorporación de los jóvenes al mundo moderno, cada vez más exigente en cuanto a conocimientos actualizados y a sus aplicaciones; en caso contrario, se ampliará la brecha con el mundo globalizado al que tenemos que enfrentar. Para el Estado, el desarrollo científico y tecnológico, que es el motor del progreso social, debe constituir uno de los objetivos de la agenda del desarrollo, lo cual requiere el posicionamiento adecuado de la ciencia y tecnología por la sociedad nacional, en particular por las élites gubernamentales y empresariales y por la clase política. El Estado debe priorizar en la formación de educadores, docentes, maestros o profesores que se encarguen de enseñar a pensar a sus educandos y a que éstos lo hagan por sí mismo. Si la realidad fuese otra nuestra sociedad sería muy diferente.
En nuestro país uno de los grandes errores que se está cometiendo por parte del educador, docente, maestro o profesor es considerar, que enseñar es sólo una cuestión de técnicas pedagógicas, adquiridas memorística y mecánicamente y aplicadas esquemáticamente.
Se necesitan docentes especializados tanto en ciencias exactas como en ciencias sociales. No es posible que en las escuelas y colegios de educación básica, media y diversificada, un docente en ciencias sociales este dando clases de matemáticas, física o química y viceversa que un docente en ciencias exactas este dando clases de castellano, historia universal etc. Muchos docentes carecen de actualización de contenidos y metodologías para estimular, mejorar, involucrar y motivar a los alumnos del nivel primario y del nivel secundario a la comprensión de las ciencias exactas y ciencias naturales. Aunado a esto los alumnos no valoran los procesos cognitivos para el aprendizaje, priorizan el uso de nuevas tecnologías, pensando que la compra de computadoras y calculadoras resolverá sus problemas de aprendizaje.
Grave error, el que se está cometiendo por parte de la mayoría de los docentes en nuestro país, ya que el docente debe comprender críticamente la realidad del aula, la realidad institucional, la realidad sociocultural-contextual, ya que estas realidades son las que le da sentido a la existencia institucional y, finalmente, la realidad sociocultural global que explica la realidad sociocultural-contextual.
Considero que uno de los objetivos principales de uno como educador es enseñar a que los estudiantes razonen, duden y desarrollen un pensamiento crítico y puedan resolver cualquier tipo de problemas ya que como todos sabemos, la vida no es sino una sucesión de problemas a resolver y es por eso que se necesita indiscutiblemente haber aprendido a pensar. Es decir, debemos enseñarles a desarrollar una capacidad significativa con la que puedan aprender a pensar, razonar y a criticar, con una aprehensión tal de los conceptos que se estudien y que posibiliten una presencia a largo plazo de estos para que puedan ser manipulados, utilizados y retomados en el momento que se los requiera, logrando que se los utilice en la realidad particular de cada sujeto.
Ese educador, docente, maestro o profesor como lo queramos llamar que se necesita en nuestro sistema educativo nacional debe fomentar y permitir la disensión positiva entre sus estudiantes, de tal forma de estimular el debate, discusión y análisis de un determinado problema, debe permitir que sus alumnos se sientan cómodos formulando sus ideas, aunque sean contrarias a las que el postula con la finalidad de fomentar luego la investigación profunda y sostenida de esa discrepancia. En todos los centros educativos del país se debe promover la investigación con la finalidad de fomentar la curiosidad, el descubrimiento y el desarrollo de la reflexión.
Actualmente mucho de nuestros educadores consideran que el alumno debe ser un receptor pasivo y que él es el único que sabe. Esta forma de pensar para mi es incorrecta. Estamos obligando al estudiante a que se aprenda de memoria lo que le decimos. Los estudiantes se convierten en personas instruidas pero no cultas. Déjenme explicarles el porqué digo esto. Saber de memoria los versos de un poeta significa ser instruido, entenderlos y meditarlos es ser culto. Aprender es apropiarse del conocimiento para desarrollar nuevas y mejores formas de comportamiento individual y social. El profesional universitario que luego de aprovechar varios cursos de ciencias naturales y educación ambiental quema los árboles y arroja basura a la calle, no actúa en forma consecuente con lo que aprendió ¿por qué?; el abogado que debe hacer respetar las leyes y sin embargo las viola o tergiversa no es consecuente con su formación universitaria ¿por qué?, simplemente porque a pesar de que esos profesionales universitarios han pasado por la Universidad, la Universidad no pasó por ellos.
Es importante por todo lo antes mencionado lograr una consecuencia en el pensar y el actuar dentro del sistema educativo nacional y formar profesionales técnicos y universitarios con ética, mística, dedicación y sentido de pertenencia nacional y regional. Si se logran estos cambios en la educación nacional y se logra la formación de futuros educadores que enseñen a pensar a sus educandos, entonces podremos hacer de nuestro país, un país desarrollado y prospero.
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