La gran preocupación de los colombianos post-convid-19
Colombianos de todas las clases sociales temen que el coronavirus no solo les quite su salud, sino también lo poco o mucho que tienen. Reportaje sobre las caras de esta tragedia social. Por María Jimena Duzán.Hay quienes creen que el mundo cambiará con el coronavirus, y que la humanidad transformará el odio por la empatía, y la avaricia por la generosidad y el desprendimiento. Más que pensar con el deseo, quizá deje algunas lecciones la mirada quirúrgica y reflexiva que hizo Tucídides sobre los efectos que tuvo la peste en su ciudad, Atenas. No solo describió los estragos de esta enfermedad en el cuerpo humano, sino en la sociedad. La peste atacó por igual a ricos y pobres, y tuvo un profundo efecto en las instituciones porque las descompuso. Pero los ricos no dejaron de ser ricos ni los pobres subieron de linaje. Con el coronavirus puede pasar lo mismo. El mundo no cambiará para volverse mejor ni Colombia, uno de los países más desiguales del mundo, se va a convertir en lo contrario. Elsa MartínezCAFÉ LA FLORIDA“Nos hundimos... Lo único que podría salvarnos es el amor de la gente. Después de 84 años haremos domicilios por primera vez. El que tenía carro o cicla los puso. Llevaremos nosotros mismos los pedidos para que nadie se quede sin trabajo”. FOTO: JUAN CARLOS SIERRA Expresa muy bien esa angustia Elsa Martínez, propietaria, junto con sus hermanos, de La Florida, el emblemático café bogotano que funciona en una hermosa casa republicana, ubicada sobre la Séptima con 21. Después de 86 años abiertos, cerraron hace casi un mes y medio. No han querido despedir a ninguno de sus más de 90 trabajadores, pero se están viendo a gatas para pagar la nómina de abril. “Nos hundimos”, dice sobre el futuro de su café. “No vamos a sobrevivir al coronavirus”. Elsa forma parte de esa clase media colombiana trabajadora, de estrato cuatro y cinco, que siente que el Gobierno la dejó por fuera de las ayudas. No son beneficiarios de los subsidios que el presidente Iván Duque les entregó a los más vulnerables, pero tampoco califican para recibir los beneficios que el Gobierno está dando a las empresas través de los bancos. El coronavirus los cogió mal económicamente: la gente dejó de venir al centro por la obra de la Séptima, que ha tardado cerca de ocho años, y por la inseguridad que se tomó estas calles, lo que afectó considerablemente sus ventas. “Sin embargo”, dice con cierta añoranza, “pese a esos problemas, todavía algunos días había cola larga para entrar al café”. El día en que el presidente Duque anunció alivios para los empresarios ella fue al banco a pedir un crédito. Esta es la hora en que no le han dicho si se lo otorgan, pero ya sabe que si corre con la suerte de que se lo aprueben, esa plata solo le alcanzará para pagar la nómina del mes pasado. “¿Y cómo vamos a sobrevivir hasta que podamos abrir?”, se pregunta, con una voz entrecortada. “Tengo trabajadores que le han dedicado su vida a este café. Con decirle que aquí la gente se pensiona y sigue trabajando. Tenemos panaderos que llevan más de 30 años, y esta semana una de las meseras tuvo un bebé prematuro. Para mí y para ellos La Florida es nuestra vida”. Elsa MartínezCAFÉ LA FLORIDA“Tengo trabajadores que le han dedicado su vida a este café. Con decirle que aquí la gente se pensiona y sigue trabajando. Tenemos panaderos que llevan más de 30 años, y esta semana una de las meseras tuvo un bebé prematuro. Para mí y para ellos La Florida es nuestra vida”. FOTO: JUAN CARLOS SIERRA Le aterra la incertidumbre por el futuro de La Florida. “Va a ser muy complicado volver a restablecer la confianza para entrar a un restaurante. Y no bastará que tengamos las mesas separadas”, asegura. “Es pensar en si la comida no está contaminada, en si la persona que me atiende está bien de salud. Estamos ante una amenaza invisible que va a alterar completamente el estar juntos. Es lamentable y aterrador”. Elsa es consciente de que a sus 71 años tiene el compromiso de ver cómo salva un lugar con tanta historia, que ha sobrevivido a embates tan violentos como el del 9 de abril. Sin embargo, nunca se había sentido tan impotente y tan abandonada a su suerte. “Hablan de créditos a seis meses, pero me pregunto ¿cómo vamos a pagar dentro de seis meses si ni siquiera sabemos cuándo vamos a volver a abrir?”. Lina María GómezRECICLAJE“Vivimos del día a día, de reciclar y ver qué conseguimos por la calle. Pero sin poder salir, ¿qué vamos a hacer?”. FOTO: CRISTIAN CUELLAR
Comentarios (1) ·
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Mucha fuerza desde españa, aquí tambien estamos con preocupaciones...
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Abog.Alfonso Osorio Simahán
Abogado en ejercicio. Cronista, Gestor Cultural y compositor de aires autóctonos del Caribe. La parroquia más grande Venezuela,necesita información fresca, precisa y veraz, y con ello canalizar soluciones al grueso de la comunidad.
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